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Bienvenidos

Pasen adelante, quítense los zapatos si así están más cómodos.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Demonio

Espirales, su cabeza caía en el abismo de espirales fluorescentes, su cuerpo se precipitaba en el oscuro barranco de pesadillas sin final. Los escombros flotaban junto a ella sin tocarla, viejas fotografías arrebataban sus recuerdos al pasar a su lado, el viento movía su pelo como si fuera la cola de un cometa en picada. Una fuerte luz la cegó momentaneamente, dejándola ver únicamente el puño que se estrellaba contra su cráneo. Recobró el poco sentido que le quedaba para ver la sangre que brotó salpicando las paredes del baño, colándose por el drenaje del lavamanos. Las lágrimas desbordaron sus ojo y en ella no había más que miedo y confusión. — "¡No! ¿Qué hago aquí? ¡Déjeme ir!" — pensaba que decía, pero no eran más que balbuceos burbujeantes en el espeso líquido rojo.

Catrina - Ruy Sánchez

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viernes, 8 de noviembre de 2013

Premio Liebster - Sandra


Para terminar la semana, una buena noticia: ¡Sandra Bar, del blog Otra Fachada de Rumania, le otorgó un premio a mi blog hace un par de semanas! Primero, quiero agradecerle a ella por siempre pasar visitando el blog y comentar en las publicaciones que hago. Siempre eres bienvenida en el blog. Segundo, los invito a ustedes (quien leen esto) a que visiten el blog de Sandra, que da una perspectiva diferente de Rumania con cuentos, poemas y datos históricos diferentes y muy interesantes.

jueves, 24 de octubre de 2013

Cementerio

Cementerios - Ricardo Inostroza V.

La tierra húmeda y fría, infestada de gallinas ciegas.
Las plantas murieron hace ya algunos meses.
La última dejó su adiós una de esas tardes en que el sol no quiere despedirse.
En las que deja su rastro naranja en la nubes deformes.
Nubes que forman sombras gigantes en la enorme sábana celeste.

lunes, 23 de septiembre de 2013

El poeta

Del amor y otros demonios - The Photomaton

Demonios custodian su cabeza, esa mente brillante que debe ser suya.
La locura amenazando a la sensatez con grito de guerra.
La lluvia llorando las lágrimas que sus ojos rojos no pueden rezumar.
Y el cielo mostrando tan poca luz como en su conciencia.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Hundido

Me fui perdiendo entre mares escarlata, naranja, violentos.
De aguas turbias y profundas, abismales.
Mares de angustias pasajeras e insomnios insistentes.
De sirenas pelirrojas y esqueléticas que trataban de hundirme.

Red Sea - Adrian Wallet

martes, 3 de septiembre de 2013

Reflexiones en la oscuridad

Fue una tarde de invierno como muchas otras, era fría, gris, triste. Nada extraordinaria. Las nubes habían amanecido cubriendo el cielo y con el paso del tiempo se habían oscurecido hasta ser casi negras. El aguacero amenazaba demasiado como para creer que iba a pasar el día sin bañar los techos. De un momento a otro el cielo abrió sus brazos y dejó caer la tempestad sobre la ciudad, librando a las nubes de su carga. La gente en la calle, que yo veía desde la ventana de mi oficina, corría de un lado a otro buscando refugio en cualquier pequeña sombra para tomar impulso y continuar la búsqueda de una sombra mayor que los cubriera por completo. Las calles, y sus tragantes repletos de basura, se inundaron, colapsaron. El tráfico se paralizó por unas horas.

miércoles, 28 de agosto de 2013

El general

Era una madrugada fría, la oscuridad cubriría el cielo unas horas más en lo que el sol despertaba en el lejano horizonte montañoso que rodeaba el valle. La niebla espesa colmaba cada rincón de esa fría tierra y no dejaba ver más allá de un par de pasos al frente, abrazaba cada hoja de los árboles que habían recogido el sereno de la noche en sus manos y las ocultaba de la vista de cualquiera. Una pequeña cabaña, hecha de madera hace ya algunas décadas, completaba el paisaje lúgubre con la luz de la chimenea rebalsándose por una ventana y el humo siendo escupido hacia el lejano techo celestial que no era más que una mancha púrpura oscura. El chapoteo insistente del agua de la fuente salvaba el lugar del completo silencio que atrae paz para algunos y miedo para otros.

Fog of night - Kirk_J

jueves, 1 de agosto de 2013

3:33

Un corredor largo, una luz gris al fondo que parecía hacerse más pequeña a medida que su corazón se aceleraba más y más y sus piernas dejaban de sentirse en su cuerpo mientras intentaba alcanzarla, no recordaba cómo llegó hasta allí ni en qué momento comenzó a correr pero su urgencia por llegar a ella lo devoraba. Las paredes invisibles no lo dejaban escapar y evitaban que pudiera regresar por el largo camino que hasta ahora había recorrido. En un instante el suelo desapareció bajo sus pies y su cabeza sintió la sangre subiendo rápidamente dejándolo al borde del desmayo.

Sin título - goodsophism

viernes, 12 de julio de 2013

Callejón

Sentado en un callejón sucio, su cabeza recostada contra la pared, perdía el tiempo viendo las nubes que anunciaban la imponente e inevitable tormenta que estaba lista para ahogarlos en baños de angustia. El sudor brotaba de su piel como el agua que huye del trapo que está siendo exprimido, mojando su pelo castaño y largo que se aferraba a su frente y sus mejías como si alguien fuese a arrancarlo de su cabeza. Había logrado salir de la corriente que lo llevaba a las alcantarillas de cerebros por suerte del destino pues parecía estar condenado a seguir allí por años. Su cabeza estaba a punto de explotar y dejar sus sesos tirados en el suelo, esperando a ser llevados por la lluvia de lágrimas. Cerró sus ojos para dejar de ver ese asqueroso lugar que lo había apresado tanto tiempo.

Callejón - Toni Castillo

viernes, 28 de junio de 2013

El hombre azul

Estaba sentado a la orilla de su cama, la luz del televisor viejo era la única que cortaba la oscuridad y su tristeza era la única que acompañaba a los acordes tristes de su guitarra. Un cigarro muerto en el cenicero y un vaso de whisky frente a la ventana, que le dejaba ver los verdes árboles bajo la luz de la luna, saciaban sus vicios y lo calmaban dejando una grata sensación en su garganta. Su voz se quebraba cada vez que intentaba saltar de sus labios al vacío de la habitación sin siquiera poder acompañar un momento el sonido que las cuerdas desprendían al borde de sus dedos.

Blue Guitar 2 - NissaCam

jueves, 20 de junio de 2013

Día gris

Sombras en cada esquina, en cada rincón de la habitación a la que volvía algunas veces, cuando la soledad era más fuerte que ella. Recuerdos en las paredes junto a las manchas de sangre. Rayos de luz que intentaban hacerla regresar a la realidad que tanto temía, de la que tanto había intentado huir durante años sin lograrlo. Era un pequeño apartamento en el que frente a la puerta principal se encontraba la sala, a la derecha un estrecho corredor que dirigía a los dos cuartos y el baño. La sala estaba frente a la cocina/comedor y daba hacia las escaleras de emergencia ya corroídas por el tiempo.  Las cortinas corintas con bordados beige en formas indefinidas, en las que solía encontrar figuras luego de horas de observarlas, le recordaban ese día gris casi negro. Una pesadilla recurrente en la que caía despierta sin necesidad de siquiera cerrar los ojos. Los gritos destrozando sus tímpanos y las carcajadas ajenas aumentando el placer fortuito que la llenaba desenfrenadamente. Un día perdido en sus recuerdos, un sueño indeseado que regresaba más frecuentemente de lo necesario.

La muerte mata, la vida hiere - Chema Concellon

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miércoles, 29 de mayo de 2013

Sin rostro

Las botellas ambar iban y venían a la mesa, luego de un día agotador era lo que necesitaba para poder calmar a todos los demonios que las circunstancias habían despertado. La cerveza con su perfecto color dorado, la espuma blanca coronándola cada vez que la botella golpeaba la madera y las gotas frías sudando en el vidrio oscuro. La música distante, a quien muchos daban poca importancia, sólo estorbaba en mis oídos que buscaban una paz que yo sabía no encontraría en ese lugar. Las conversaciones de todos mezclándose con el humo del ambiente, impregnandose en mi ropa para recordarme al día siguiente todo lo que había escuchado. Gente desconocida me rodeaba, gente sin rostro. Ni siquiera recuerdo cómo llegué allí ni por qué estaba con ellos, y claro que no sabían sobre mis demonios, eso no se le cuenta a cualquier persona que acabas de conocer, no se le cuenta casi a nadie. Iba dejando todo en el fondo de las botellas, cambiando pensamientos por cerveza.

Inside the bottle - oz_90

viernes, 17 de mayo de 2013

Cenizas


Cenizas nadaban en el espeso aire que llenaba la ciudad, el sol estaba oculto tras nubes oscuras que parecían ser más de frío que de lluvia, el ruido ajetreado de la gente había sido llevado por el viento a otro lugar en el que no hiciera estorbo. Ella estaba parada en lo alto de una montaña que daba una vista excepcional a los edificios que acariciaban los rayos del sol en las mañanas y servían de guardianes para las estrellas, una vista a la inigualable metrópoli. Las copas de los árboles se alborotaban, dejando caer hoja tras hoja sin darse cuenta que llegaría el momento en que no quedarían más en sus ramas y morirían de frío sin ninguna protección. Una radio vieja sobre una piedra dejaba salir los acordes de una canción gastada, que correteaban por la grama y la rodeaban con esos ecos mágicos que siempre la envolvieron en un viaje sin final. Ella observaba las lejanas calles de la ciudad en las que había pasado tanto tiempo sin que muchos se dieran cuenta quién era, qué era.

Días extraños en Sóller - mkl20

martes, 14 de mayo de 2013

Premio Liebster - Marianne

Hoy hay buenas noticias nuevamente! Marianne, de A través de mi diario, ha concedido el Premio Liebster a este blog! Primero, felicitaciones a Marianne por haberlo recibido y muchas gracias por haber pensado en mi blog como uno de los premiados.



miércoles, 8 de mayo de 2013

Malos sueños


La tarde se ha vuelto lenta, las horas se arrastran para avanzar.
La música pierde el poco sentido que aún le quedaba.
Los acordes melancólicos destrozando pensamientos.
El sueño se ha apoderado de mi mente, de mis ojos.
Y los obliga a rendirse sin ofrecer tregua.
Arrebatando la coherencia a lo que leo, a lo que escribo, a lo que pienso.
Incitando a las letras a danzar frente a él, hasta morir agotadas.



Mi vista, seca por el cansancio, perdida en la ventana que no me refleja.
Que proyecta miles de sombras, figuras imprecisas.
Imágenes que me hablan y me sonríen, o eso parece.
Dejando entrar finos hilos de aire, que traen el lejano olor a tierra mojada.
Intentando calmar la fiebre del delirante, una fiebre que derrite.
Y yo buscando un escape de esto que parece un infierno.

 Tan cerca y tan frío - AlfjosGt

jueves, 2 de mayo de 2013

Luna (III)


Primera parte: >>Luna (I)<<
Segunda parte: >>Luna (II)<<


—¿Quién eres?— preguntó con un hilo de voz, su cara era familiar, pero no recordaba dónde la había visto antes. Ella no contestó, sus ojos lo veían tranquilamente y recorrían cada detalle de su rostro. —¿No me escuchaste? ¿Quién eres?— dijo recuperando la voz, esperando que ella respondiera, pero no lo hizo. Su mirada pintaba nostalgia en el aire y una sonrisa tímida le besó la mejilla y le hizo sentir un escalofrío por todo el cuerpo. Él levantó su mano y la extendió para tocar su piel, pero algo lo detuvo antes de poder hacerlo, como si hubiese un campo de fuerza que no dejaba que se acercara demasiado. Ella volteó hacia a la fuente y comenzó a caminar para acercarse. Su pelo negro flotaba tras ella, como si estuviera sumergida en calmadas aguas cristalinas, como si fuese una especie de humo oscuro. Tomó lo que estaba en el fondo del agua y se volvió hacia él. Él se quedó allí viendo a esa extraña mujer que no había dicho nada, pero que con cada instante que pasaba hacía que su mente intentara sin descanso recordar ese rostro bello. —Ven a mí— escuchó en su cabeza sin que ella pronunciara palabra, dejando caer una catarata de recuerdos que no parecían suyos, y sin pensarlo caminó hacia la fuente, viendo su silueta en el vestido negro sentada en la orilla.

Ver el tiempo pasar - AlfjosGt

martes, 30 de abril de 2013

Premio al blog - Raúl

Hoy me he despertado con buenas noticias, más dormido que despierto me he enterado que Raúl (un lector/bloggero) me ha concedido el Premio Blogger Muy Inspirador, cosa que por supuesto ha sido una grata sorpresa que me ha hecho comenzar el día con el pie derecho y una gran sonrisa.

jueves, 25 de abril de 2013

Luna (II)

Primera Parte: >>Luna (I)<<

Sentado en la orilla de la cama, con la luz de la mesa de noche alumbrando un reloj de agujas que marcaba las 12:00, viendo a su sombra alegar por estar despierta a esa hora. A pesar de todos los intentos que había hecho, no había logrado volver a dormir, simplemente era imposible, había algo que no quería que lo hiciera. Se puso de pie dirigiéndose al ropero, que estaba junto a la puerta que dividía los dos ambientes que tenía el apartamento, sacó un pantalón de pijama negro con algunas líneas grises a lo largo y una camiseta vieja que usaba para dormir en las noches  en que el calor también descansaba y no molestaba hasta el día siguiente. Se puso la ropa y fue a la cocina por un vaso de agua para calmar el malestar que sentía por la mezcla de cansancio, desesperación y enojo. Agarró la cajetilla de cigarros y salió al balcón, que estaba tan iluminado como si la luna estuviera llena, para saciar sus pulmones de ese vicio que no sabía por qué necesitaba tanto, y contemplar la noche que lo ayudaría a pasar el tiempo que estaba condenado a estar despierto.
Vices - Joaquin Villaverde

jueves, 18 de abril de 2013

Luna (I)


Había sido un largo día, el teléfono no había dejado de sonar por más de media hora y los quehaceres se fueron apilando en el escritorio junto a los papeles regados. El clima había ayudado poco, el calor derritió los segundos, los minutos, las  horas, que parecían avanzar únicamente por el rastro pegajoso que iban dejando en el reloj de la pared, ese reloj que hacía un gran esfuerzo y gritaba el tic-tac cada vez que intentaba mover las agujas. Lentamente el sol fue agotándose, dejando de insistir en alumbrar al darse cuenta que lo único que había logrado eran quejas. El cielo celeste con borrones blancos pasó a ser una mezcla de rojos, naranjas y amarillos difuminados por una mano invisible, para dar paso a la noche que dejó caer una lluvia de oscuridad, empapando de negrura cada rincón que las sombrillas de luz no lograban cubrir.

martes, 9 de abril de 2013

Lámparas


Caminaba perdido en la avenida, sus ojos buscaban en el cielo algo que nadie podía ver, ni siquiera él, pero sabía que allí estaba. Su sonrisa escapaba en cada respiro que daba y era arrastrada por el viento que de tanto en tanto pasaba empujando los pedazos de basura hacia un destino indefinido que cambiaba con cada soplido. Su cuerpo relajado oscilaba de acera a acera, emanando despreocupación y placer mientras sus manos se movían en todas direcciones, como las manos de un director de orquesta conduciendo una melodía hermosa, exquisita. Las pocas personas que aún estaban afuera volteaban a verlo extrañados, cruzando miradas en busca de una respuesta que nadie tenía, miradas que contagiaban más de confusión. Él, sin embargo, seguía su camino zigzagueante que lo llevaba a ningún lugar, o lo llevaba a todos lugares, quién sabe. Sus ojos seguían escudriñando los cielos ya negros, como buscando la verdad absoluta que lo haría libre, como le habían prometido tantas veces. De repente se detenía como quien recuerda que olvidó algo en el último lugar en el que estuvo, pero no recordaba qué olvidó ni dónde estuvo, y seguía su marcha al darse cuenta que eso realmente no le interesaba. Llegó entonces a ese corredor famoso, que conecta la sexta y séptima Avenida del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, cerca del kilómetro cero.

Lamps - Óscar Funes

miércoles, 3 de abril de 2013

Oídos sordos


Todos caminaban de un lado a otro, abstraídos, como zombies. La mayoría trajeados, con su comida metida en una lonchera que cargaban perezosamente, otros con periódicos doblados debajo de un brazo, con noticias de decenas de muertos, el endeudamiento del país, actos de corrupción, violencia, pobreza y anuncios de prostitución camuflajeada, cosas que no lograban tocar casi ninguna consciencia. En una mano el celular y en la otra un vaso de café sobrevalorado, reemplazando a uno casero que no tuvieron tiempo ni ganas de hacer, o simplemente que les daba un status diferente. Iban apresurados, casi corriendo, como si intentaran alcanzar las horas perdidas a lo largo de sus vidas, como si así lograrían recuperar los “cinco minutos más” que le pidieron de tregua al despertador. No volteaban a ningún lado, no veían a nadie más (a menos que fuera su reflejo en un vidrio), no saludaban, ni se detenían a ver el lienzo celeste con más brochazos grises que blancos, ni al sol que de vez en cuando aparecía tras la nube de edificios que los rodeaban y sólo se detenían ante el rojo impositivo de un semáforo. Y parados miraban la hora, para ver si había cambiado desde el último vistazo dado, hace diez segundos. Y desconcertados miraban el semáforo como si con sus poderes mentales pudiesen cambiar su color y evitar el hastío de la espera, para poder reanudar la carrera.

martes, 26 de marzo de 2013

Vacío


Sus ojos, café oscuro, casi negros, brillaban a la luz de una candela, la luz danzante que invitaba a las sombras a unirse a la arritmia del baile. Una a una iban cayendo en ese ritual al que no podían resistirse, lo hacían sin siquiera darse cuenta. Unas lágrimas tibias de odio y satisfacción acariciaban sus mejillas, algunas sufrían la muerte dolorosa de soltarse y caer desesperanzadas a la mesa, algunas otras morían al llegar a sus labios y las demás simplemente se secaban con el chiflón que pasaba sin invitación a la penumbra. Un pequeño cuarto, con paredes que alguna vez fueron blancas, que ahora eran una especie de gris por el descuido y la suciedad que las abrazaba. Una mesa al centro, con una pata coja por el desinterés de un carpintero que hizo su trabajo de mala gana al recibir un pago miserable, llena de agujeros hechos por un cuchillo que se ensartaba noche tras noche en ella. Tres puertas nada más, una daba a la libertad de la calle silenciosa, abandonada, donde alguna vez hubo risas de niños mientras corrían de un lado a otro y pasaban las horas hasta que era momento de regresar a sus casas. Esa calle que quedó en silencio eterno desde el accidente de hace diez años, que quedó de luto con él. Otra puerta conducía a un cuarto un poco más limpio y cuidado, con un catre pegado a una de las paredes, unas cuantas latas de comida arrinconadas, un ropero viejo, de cedro, con los espejos quebrados y una lámpara de aceite lista para alumbrar toda la noche, hasta morir de sed, porque ¿quién podría dormir en esa oscuridad?. La última puerta era la del baño, un baño asqueroso.

sábado, 23 de marzo de 2013

Despierto


Un sueño interrumpido sin razón aparente, una voz que dijo mi nombre.
Que lo repitió hasta arrebatarme del descanso poco profundo.
¿Habrá sido La Silueta que regresó a terminar algo pendiente?
¿O simplemente, después de meses sin llegar, necesitaba hablar?
Más parecía un capricho del insomnio, al que llevaba tiempo sin hacerle caso.
Al que se puede tratar de ignorar, pero tarde o temprano pasa factura.
Que cada que llega, me tortura y lo disfruta con una copa rebosante de sadismo.
Dejando caer gotas al suelo cuando se ríe a carcajadas del bostezo de mis ojos.

lunes, 18 de marzo de 2013

La Sala



Una sala casi en completa oscuridad, una estancia bastante amplia. Con algunos retratos familiares colgados en sus paredes, una mesa de madera con una capa gruesa de polvo y discos de acetato apilados debajo de ella, una pecera vacía que alguna vez tuvo vida, una televisión de esas viejas que la nueva generación ya no reconocerá, sus cortinas tapando las ventanas mugrosas que daban hacia la calle y un sillón corinto de espaldas a la puerta. Ese sillón con olor a guardado en el que, de niña, se sentó tantas veces, cuando los tiempos eran menos tenebrosos que los que vivimos hoy. El color de las paredes importa poco para tan poca luz que las alumbra. Esa única luz que las salva de las tinieblas, el ruido en la pantalla del televisor. Su cuerpo desplomado  en el sillón, su mano sosteniendo un cigarro, al que sólo había dado un jalón y que tenía una larga ceniza colgando. Sus pies desnudos, entumecidos por el frío, sobre el piso rojo con bordes blancos que apenas percibía. Su pelo negro caía sobre los hombros y su mirada estaba perdida en la profundidad del espejo que estaba frente a ella, desde el que miraba la lámpara rota en el techo.

martes, 12 de marzo de 2013

Viernes


Eran las 5:59 de la mañana, se despertó un minuto antes que la alarma comenzara a decirle a gritos que era hora de dejar la comodidad del sueño. Abrió los ojos con dificultad mientras intentaba recordar qué día era, o por lo menos adivinarlo. Se quedó tendido en la cama esa eternidad de sesenta segundos intentado reunir las fuerzas (que todos necesitamos) para despegarse de las chamarras tibias que lo envolvían y lo protegían del frío de una mañana de Diciembre. Supuso que era Jueves y sintió la frustración de tener que trabajar dos día más antes del fin de semana, además tenía que ir de pantalón de vestir y corbata para aparentar seriedad. La alarma comenzó a sonar, pero no la apagó. Dejó que llorara hasta callar y así darse unos segundos más para quejarse por tener que levantarse. Se sentó a la orilla de la cama y comenzó a mover los pies por la alfombra para encontrar las pantuflas que de forma extraña siempre se escondían durante la noche. Vio el calendario, que tenía una foto del lago de Atitlán, colgado en la pared y se dio cuenta que era Viernes. Qué alivio sintió al darse cuenta, fue un sentimiento parecido al de encontrar dinero en las bolsas de un pantalón.

lunes, 4 de marzo de 2013

Tormento

Diez meses más o menos, ese es el tiempo que ha pasado desde la última vez que estuve acá y escribí, tiempo que llevo sofocando pensamientos y haciéndolos morir antes de dejarlos sentir la libertad que dan las palabras. Y en ese entonces también llevaba meses sin hacerlo, cinco o seis meses. Esa vez fue extraño volver, aunque no más que hoy. Tal vez lo más extraño de hoy es que me pasó escuchando el mismo disco de hace esos diez meses. Pero a pesar de lo distante y lo extraño, el sentimiento es el mismo, de querer arrancar lo que pasa por la mente y dejarlo un momento en la gaveta de la mesa de noche, tal vez allí florezca, o muera, pero ya no tendría tanta culpa.