Hundido

Me fui perdiendo entre mares escarlata, naranja, violentos.
De aguas turbias y profundas, abismales.
Mares de angustias pasajeras e insomnios insistentes.
De sirenas pelirrojas y esqueléticas que trataban de hundirme.

Me fui desgastando en noches de desvelos crueles.
De pesadillas sin sentido que me arramblaban por ríos negros.
Mañanas atropelladas por lo seco de mis ojos y mi lengua.
Por vómitos mentales y resacas de pensamientos.

Días malgastados en el ocio derretidos en las agujas del tiempo.
De culpar a mi yo pasado por dejar pasar la oportunidad.
De atosigarme entre todos los pendientes pospuestos.
De confiar en que mi yo futuro los hiciera, para repetir la historia.

Dejé caer mi cuerpo en una fosa de futuros fantasma.
De gravedades salvajes y aplastantes.
Los huesos comenzaron a dislocarse, a crujir.
Mi vista errante clavada en cielo confundido y funesto.

Quedé atorado entre escombros y suciedad.
Entre vigas derrumbadas que alguna vez fueron fuertes y majestuosas.
Apenas logré salir, para ver el sol y su fulgor que cega.
El paso lento y lastimado, de nuevo, en esta lucha sin terminar.

Fotografía: Adrian Wallet