Loco

La voz de una mujer se oye por el altavoz.

Pasos apresurados por los corredores.

Gritos sin sentido de un lado a otro, desquiciados.

Yo en una habitación blanca, amarrado a una cama.

Abro los ojos tendido en la grama, bajo un árbol.

Maldito sueño de siempre, un mal sueño.

Por lo menos estoy ya despierto, soy libre, como antes.

Puedo oler el viento, y sentir el agua en mis pies.

Círculos brillantes flotando alrededor mío.

Acordes tirados en el suelo, esperando a ser tocados.

Trozos de canciones, esperando a ser terminadas.

Poemas moribundos, esperando a quien los sane o los mate.

Se me hace tan conocido lo que veo.

Como si lo hubiese vivido mil veces.

La misma escena una y otra vez.

Se lo que va a pasar, y cuándo lo hará.

Las cosas comienzan a desaparecer, dejando vacíos cortantes.

El césped murió, dejando a mis pies contra la tierra seca.

Las nubes se volvieron niebla, espesa y cegadora.

Todo quedó en un incómodo silencio.

Me despierto a oscuras, sin saber en qué momento me dormí.

Oigo voces familiares, pero no amigables.

No se si esto es otro sueño. No, no lo es.

Veo sombras pasando frente a mí, discutiendo.

Y es que este es un mundo de “cuerdos”, de gente “normal”.

Es un mundo de miedos.

Rodeado de siluetas indefinidas.

En ese mundo estoy, pero no vivo en ese mundo.