La noche, un vaso de Whisky y yo.
El hielo derritiéndose lentamente, el vaso sudando.
El silencio incómodo otra vez en mis oídos.
Y la falta de ideas brotando de mi mente.
Este delirio, a comparación de los demás, es extraño.
El sentimiento no es el mismo, confuso pero existe.
El cansancio, la felicidad y la emoción.
Explotando en mi cabeza.
Haciendo sufrir mis sentidos, saturándolos.
Sufriendo emociones que pocas veces atacaron tan fuerte este año.
De un momento a otro pase de la luz a la sombra.
Perdí el control.
De un momento a otro comencé a escribir sin pensar.
Comencé a gastar tinta sin sentido, delirando.
La noche hace de las suyas, como siempre.
Y mi alma es la que paga, es la que sufre las consecuencias.
Y termina escribiendo estas líneas.
La idea original de este delirio.
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