Perdido

Estoy perdido en un lugar que debería conocer perfectamente.

Viendo confundido de un lado al otro, buscando una salida.

Pero esa salida no aparece, y cada vez me siento más adentro.

Adentro de este pensamiento absurdo que ataca en los peores momentos.

Hundido en esta tristeza sin sentido, en esta soledad tan extraña.

Sin poder pensar en algo más que en esos ojos.

De los que hablé con la silueta que me acompañó toda una madrugada.

Esa a la que puedo contarle cuanta cosa pase por mi cabeza.

Que escucha sin interrumpir, y me habla sin pronunciar palabra.

Mejor no lucho contra estos pensamientos abrumadores.

Que son tan puros, que son intocables.

Solo queda esperar a que decidan marcharse, esfumarse.

Y cuando lo hagan, extrañarlos.

Pero sé que volverán en mis momentos de debilidad.

Para decirme que no siempre puedo controlar a la mente.

Para recordarme que no me conozco.