Su presencia fría se acerca a mí lentamente.
Pide tomar el control otra vez, ofreciendo mentiras.
El pelo de los brazos se eriza en un instante.
Un escalofrío poco natural recorre mi cuerpo.
-¿Delirar o no delirar?- Me pregunta una y otra vez.
Caminando de un lado al otro detrás de mí.
-Si- Me dice suavemente su voz, o lo que parece serlo.
-No... No otra vez- Contesto titubeante.
Y lo observo detenidamente, bajo la luz.
Viendo reflejos de mundos paralelos, mundos de oscuridad.
Tratando de no perderlo de vista.
Veo cómo cambia, cómo la ira se adueña de él.